jueves, 9 de julio de 2020

Porque la crisis de valores sociales en nuestro país una Evaluación de 30 años



Dr. José Miguel López Zepeda

Director de Escuela del Éxito
SNTSA 37
Guanajuato
Negocio, Idea, Estilo, Concepto, Objetivos, Directrices


Estimado lector seguimos llevando hasta tu lectura diferentes análisis propios para esta época de análisis y reflexión, como una oportunidad que nos permite ensayar diferentes plataformas del pensamiento y sentimiento he encontrado una ponencia que me pareció muy interesante de 14º Congreso de Investigación Educativa COMIE que fue llevada a cabo en el 2017 en San Luis Potosí por Luis Carlos Herrera Gutiérrez de Velasco y Raúl Gregorio Torres Maya, de la UAM Azcapotzalco, misma que nos hacer reflexionar sobre otra vertiente sobre la perdida de los valores sociales, Lo anterior se analiza a través de cómo se ha desarrollado el conocimiento auto afirmativo en la sociedad, tanto en el pensar racional como en el sentir no-racional, lo cual ha llevado a un actuar razonable, basado en una moral que, en vez de tener como fundamento valores ideales, los ha cambiado por valores materiales, creando una crisis moral que genera la desconfianza y es campo fértil para el deterioro del tejido social. El cambio en la forma de producción de nuestra sociedad, aunado a la influencia de la postmodernidad, que aunque tardía, también caracterizó a la sociedad de nuestro país, así como la denominada modernidad líquida y la pérdida de la noción de lo sagrado en la cultura, llevaron a la educación, tanto formal como informal de nuestra sociedad, a un descuido de la formación en valores ideales, básicos para una buena moral social. De esta manera, se desarrolló un conocimiento auto afirmativo que, no sólo no reflexiona en lo racional, sino que tampoco sensibiliza en lo emocional, no racional, dejando como consecuencia una “moral light” basada en el dinero y la economía.

Por una parte, Lyotard (1991), explica que la postmodernidad ha causado la pérdida de los metarelatos, es decir, la base de los grandes mitos que han dado la sustancia a los ritos que le dan sentido a la vida, tanto individual como social de los miembros de una determinada sociedad. También comenta Lyotard, que en la actualidad la legitimidad de los saberes se da sólo a través del lenguaje máquina, es decir con el lenguaje de las computadoras, quedando casi exclusivamente a lo que se denomina conocimiento racional, o lo que Agnes Heller denomina el pensar, relegando en parte a lo que al inicio de esta ponencia se denominó como conocimiento razonable o de la conducta y el actuar y, eliminando casi en su totalidad al conocimiento no racional o el del sentir, es decir, al de las emociones y los sentimientos. Otro aspecto, es lo relacionado al modo de producción de la mayoría de los países occidentales basado en el capitalismo keynesiano que se implementó después de la segunda guerra mundial y que permitió proteger a las economías de las sociedades emergentes, Castells (2000), y que cambió a finales de los setentas y principios de los ochentas del siglo XX, a un capitalismo neoliberal, que se basa en el libre mercado y las desregularizaciones de los mercados nacionales, y que ha traído como consecuencia un aumento desproporcionado del trabajo de las mujeres en general de manera discriminatoria, un desmantelamiento del estado de bienestar social, dependiendo de la intensidad de los gobiernos de las diferentes sociedades, así como la intensificación de la competencia económica global en un contexto de creciente diferenciación geográfica y cultural de los escenarios para la acumulación y gestión del capital. Un factor que parece influenciar el deterioro de la moral y que tienda a que los miembros de nuestra sociedad actual desarrollen poco o nada de reflexión y de sensibilización, Bauman (2004) lo aborda a través de lo que denomina la modernidad líquida, la cual, indica, es una figura del cambio y de la transitoriedad que estamos viviendo. Es un tiempo sin certezas en el que prevalece la cultura laboral de la flexibilidad, la incertidumbre y la contradicción. Es una época que confronta a las estructuras sólidas, estables y perdurables del pasado y la ausencia de los metarrelatos con la fluidez de la constante transformación, desregulación y flexibilización. 7 El concepto de liquidez se traduce en los jóvenes y, en los no tan jóvenes, en el síndrome de la impaciencia y en la consecuente búsqueda de la satisfacción instantánea, donde esperar se ha convertido no sólo en algo intolerable sino en un signo de inferioridad. Por ejemplo, Bauman (2004) comenta que la mayoría de los niños estadounidenses ya considera agobiante el esfuerzo que implica pelar y exprimir una naranja para hacer un jugo, porque ahora es preferible beber uno envasado. El síndrome de la impaciencia considera que el tiempo es un fastidio y una contrariedad. Otro factor importante a considerar, que influencia el cambio en la moral social, es que desde hace más de 20 años autores como Jerry Mander (1994) y Morris Berman (1987) han venido dando testimonio de cómo la cultura global contemporánea se viene olvidando de la noción de lo sagrado, de lo sobrenatural, de lo que de manera sintética Melville Herskovits (1987) reconoce como un aspecto estructural, presente en toda cultura humana, sin importar que tan diferente sea de cualquier otra. Cuando uno analiza el papel de este aspecto en la estructura de la cultura, se encuentra con que la sustitución de lo sobrenatural, interpretado por nosotros como un tipo de conocimiento razonable y no racional o emocional, por solamente lo racional, acaba por abandonar los patrones axiológicos de lo bueno y lo malo. Lo abandona en aras de la búsqueda de un progreso, pretendidamente infinito, que es lo único que resulta legitimado perseguir, sin el reconocimiento de aquello que es un tabú, porque atenta contra el misterio de la vida. Con base en lo anterior, se hace patente que la formación del conocimiento auto afirmativo, lograda, por una parte, por la enseñanza informal de los individuos, a través de su contacto con la familia, el barrio, los medios masivos y la publicidad y por la otra, por la enseñanza formal que se imparte en las instituciones, ha descuidado la formación en lo relacionado a los aspectos culturales y sociales, que dan la relación objetiva y social de los individuos y, peor aún, ha descuidad de manera alarmante la importantísima formación de las emociones y sentimientos, que se desarrolla a través de la sensibilización y, que además de ser necesaria para la formación humana , es la dimensión que diferencia y caracteriza a quien se supone es un ser humano integral en su pensar, su actuar y su sentir en nuestra sociedad y ha enfocado la educación formal primordialmente al denominado conocimiento racional, esto es, las técnicas, los métodos, los medios, las tecnologías y procesos, entre otros.

Como Conclusión:

Se puede concluir que la crisis moral actual debido a las causas ya mencionadas en la formación del conocimiento auto afirmativo, sufre de una borrachera de autonomía que ha tenido una moral sin límites, insensible a la gratitud del don y sin referencias absolutas, es decir a los metarrelatos, la noción de lo sagrado e ideales. Por otra parte, esta crisis es debida también a que el enfoque racionalista postmoderno y capitalista neoliberal, relega lo relacionado con los valores, los fines y la esencia, que son el contenido de la ética y la moral, debido a que se aboca principalmente, a lo referido, a lo que se muestra, al tener y que sólo es legitimado por el lenguaje máquina. Bien se muestra lo anterior en las promesas de las elecciones en nuestro país, donde los partidos políticos se han enfocado a prometer mejorar la educación, proporcionando computadoras y tablets, así como promoviendo el aprendizaje del idioma inglés. Pero eso no es todo, la evaluación magisterial que tanto promueve la reforma educativa y los medios de información, se enfoca principalmente en los conocimientos declarativos y procedimentales, descuidando la evaluación sobre la educación y formación en valores. Se puede capacitar a los individuos en aptitudes, pero dudamos mucho que, a través de la capacitación se puedan infundir y cambiar las actitudes.

Referencias Bibliográficas:

Angulo, Y. (2000). Proyecto para el desarrollo de una ética profesional. México D.F.: Universidad delTepeyac.
Bauman, Z. (2004). Modernidad líquida. México, D.F.: Fondo de Cultura Económica.
Berman, M. (1987), El reencantamiento del mundo. Chile: Cuatro Vientos
Bunge, M. (1996). La ciencia su método y su filosofía, México D.F.: Patria.
Castells, M. (2000).La era de la información. La sociedad red. Vol. I. México, D.F.: Siglo XXI Editores.S.A.de C.V.
Dewey, J. (1989). Cómo pensamos. Nueva exposición de la relación entre pensamiento reflexivo y
proceso educativo. Barcelona: Ediciones Paidos Ibérica, S. A.
Fullat, O. (1997). Antropología y educación. Colección Lupus Magister. Puebla, México: Universidad Iberoamericana Golfo Centro.
Heidegger, M. (2005). ¿Qué significa pensar? Madrid: Editorial Trotta S.A.
Heller, A. (1993). Teoría de los sentimientos. México: Fontamara.
Herrera, L. (2007) Epistemología y sentimiento como parte esencial de una teoría del diseño. En Un año de diseñarte mm1, número 9. México D.F.: Departamento de Evaluación CYAD UAM A.
Herskovits M. (1987). El Hombre y sus obras. México: Fondo de Cultura Económica
Langer, S. K. (1979). Esquemas filosóficos. Buenos Aires: Nova SACI.
Lyotard, J.F. (1991). La condición postmoderna. Buenos Aires: Editorial R.E.I. Argentina S.A.
Mander, J. (1994). En ausencia de lo sagrado. Chile: Cuatro Vientos
Rugarcía, T. (2013). El desarrollo integral del sujeto vía el método trascendental. Vol. II. Puebla: Universidad Iberoamericana de Puebla.
Sabater, F. (2003). Ética para amador. México D.F.: Editorial Planeta Mexicana S.A. de C.V.
Vidal, M. (1995). La ética civil y la moral cristiana. Madrid: San Pablo.


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