Las emociones son respuestas o
reacciones fisiológicas que genera nuestro cuerpo ante cambios que se producen
en nuestro entorno o en nosotros mismos. Estos cambios se basan en experiencias
que a su vez dependen de percepciones, actitudes, creencias sobre el mundo; que
usamos para percibir y valorar una situación concreta.
La PNL (Programación
Neurolingüística) afirma que las emociones siempre aparecen tras los
pensamientos y que dan lugar a acciones que suponen unos resultados.
Pensamiento => Emociones
=> Acción => Resultado
Según esta teoría si no
estamos consiguiendo lo que deseamos es un problema en nuestra forma de pensar
y que si cambiamos la forma de pensar conseguiremos resultados diferentes.
¿Has tenido miedo a sentir?
¿no sabes por qué? Solemos tener poca conciencia de cómo evitamos que afloren
ciertos sentimientos, de cómo boicoteamos nuestras relaciones y nuestro
bienestar.
Las relaciones que mantenemos
con los demás son un buen reflejo de quiénes somos, qué es lo que queremos y
cómo nos comportamos. Lo que estamos ofreciendo al mundo, es generalmente lo
que nos está devolviendo.
Cuando tenemos miedo a sentir
ciertas emociones que nos resultan desagradables, también estamos impidiendo
que se manifiesten las agradables. En este aspecto no podemos quedarnos solo
con un lado de la moneda tenemos que ver sus dos versiones y reconocerlas de
manera imparcial.
La luz y las sombras van
unidas, forman parte de nosotros, y solo aceptarlas nos puede hacer sentirlas.
Es normal que tengas miedo a experimentar tus sombras, tu lado más oscuro, todo
aquello que no quieres ver de ti.
El miedo es algo adaptativo,
evitarlo no es una solución para nada, ni tampoco supone dejar de ser valiente.
Experimentar el miedo no es de cobardes. Las personas valientes sienten el miedo,
pero no por ello dejan de sentir y de vivir, esa es la auténtica valentía. En
la conciencia y la aceptación se encuentran los elementos fundamentales que
aportan valor y sentido a nuestras vivencias.
Sentir miedo es inevitable,
pero no debes dejar que se apodere de ti. Acepta su existencia, toma
conciencia de todo ello y empieza a tomar las riendas de tu vida. Ser
conscientes del momento presente, ser capaces de descartar pensamientos
recurrentes.
Vamos a hacernos amigos de
nuestras mentes para hacerlas aliadas en nuestra lucha contra el miedo a sentir
las emociones que nos visitan. Lo más importante es tratar de tomar conciencia,
dejar atrás el pasado y olvidarnos del futuro para asi darle vivencia al momento
presente.
Herramienta de meditación para
estar en plenitud hacerles frente a los miedos de manera consciente:
ü Es
recomendable que lo realices en un lugar tranquilo y privado, un espacio donde
te sientas seguro y donde no vayas a ser interrumpido.
ü Redacta la
lista de tus miedos y empieza a encarar el que más fácil creas que te vaya a
resultar. Se trata de hacer las cosas poco a poco, es un entrenamiento de
fondo.
ü Inspira
de manera lenta y profunda con los ojos cerrados, sintiendo como el aire llena
por completo tu abdomen. Después, expulsa el aire lo más rápido que puedas.
ü Repite
estas respiraciones varias veces, tomando conciencia del camino que recorre el
aire a través de tu cuerpo, sintiendo cómo se llenan y vacían tus diferentes
espacios.
ü Después
de varias repeticiones conscientes, notarás cómo esa sensación en el centro del
pecho, ese puño que aprieta, se hace más suave.
ü Continúa
respirando de manera normal, pero no dejes de ser consciente de ello.
ü Es
precisamente esta toma de conciencia del propio ser, la que nos ayudará a
identificar la energía del miedo para poder enfrentarlo.
ü Intenta
sentir cada parte de tu cuerpo. Nota tus brazos, tus dedos, tu abdomen. Cómo se
expande al respirar, siente tu cuello, tus labios, tus párpados… Y busca en
cada rincón de tu cuerpo el lugar donde se aloja el miedo.
ü Busca
el miedo, trata de sentir la perturbación que produce esta sensación en tu
energía.
ü El
miedo habita en ti por una causa, por un hecho que generalmente no ha sido
aceptado, algo a lo que nos hemos resistido y que se ha quedado girando dentro
de ti.
ü Saluda
a tu miedo, reconcíliate con él y suéltalo. Deja que vuelva al cosmos, al
infinito al que pertenecemos todos.
ü Vuelve
a respirar profundamente, vuelve a ser consciente del camino que el aire
recorre dentro de ti.
ü Siente
cómo el espacio que ha dejado el miedo se llena de amor y gratitud. Agradece al
miedo por dejar su sitio a otras emociones y sigue inspirando profundamente.
ü Inspira
de manera lenta y profunda y abre tus ojos lentamente.
Muy buenas recomen. Saludos.
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